Ernesto Priego
Spanish translations of four Eileen Tabios poems
Pensamientos
           Mientras Gabriela Se Despierta
Enfrentamos una pared convexa
en el ciberespacio
pero olvidando
imperfectamente al otro
como viajeros y cascajo
atrapados en "El incierto horizonte"
rodeando agujeros negros
cuya gravedad nos empuja
a una caída
que nunca se completa
Vallejo, mi hermano—
"¿Por qué el amor
siempre tiene que ensuciarse
como si el amor fuese una cocina?"
Otro vaso y me voy
Y nos marchamos
Hoy quiero ejemplificar cómo
escribir en itálicas la palabra Dios—
LA ETIMOLOGÍA DE LA TRAICIÓN
           o, Gabriela habla de un poeta
Ella no tiene reputación
por caminar a velocidad cuántica
una ausencia de auto-posesión
disfrazada por su capacidad
para tragar cerveza Black Star
y notar su "acabado violeta"—
Ella estaba rodeada por dos rubias
bajo un farol rojo callejero
penetrando el concreto
de Mission Street—
Con ojos entrecerrados, ella aplicaba
"el discurso del vino" de un modo similar
al que se roba oxígeno
de los niños que nunca nacerán
cuando engendró
el tipo de infidelidad
que no puede soldar
los fragmentos de un matrimonio—
Ella nota que todavía
tenemos que identificar
de quién fueron los huesos
que la montaña expulsó
en Perú y Guatemala:
ella buscaba consuelo—
Ella se hubiera sacrificado
por tener fortaleza
Ella no recuerda
el borde verde, el tallo
de las orquídeas blancas ylang-ylang—
cómo el miembro, delgado, se negó
a doblarse ante el peso
de los sublimes pétalos
y ramas fértiles
cómo esta planta esperaba paciente
en su puerta
como un regalo
de alguien que ella considera
"anónimo"
por jamás causar dolor
como si "herir" fuera "sentir"—
Ella comienza a agonizar
en las montañas que comparten
la palidez de las velas derretidas
vis a vis los fragmentos esqueléticos—
una agonía que niega
un tipo de conocimiento
cuya carga torna
las calles hacia noches abrigadas con niebla—
Ella sigue perdiendo
esta antigua lección:
"blanco" no significa
un hueso limpiado con cloro
y el pétalo de una orquídea
comparten la complexión de cada uno—
Ella sigue perdiendo
esta misma lección
No hay metáforas
para el genocidio—
Crepúsculo
           Mientras Gabriela Lee a Baudelaire (II)
Recuerdo los campos de arroz
a veces melancólicos bajo el crepúsculo
a veces un reflejo resplandeciente
de la puesta de sol y su rubor de señorita—
En San Francisco y la ciudad de Nueva York
donde el cielo es una presencia
fui testigo "a través de una ventila
o entre dos chimeneas"
la compresión visual ofrece una "idea
más profunda de la infinitud
que un gran panorama
visto desde el tope de una montaña"—
Podría seguir, pero los poemas largos:
"son el recurso de aquellos
que no pueden escribir poemas cortos"—
Como uno "que ha amado tan profundamente
el perfume de una mujer", observo
tristemente, "tú siempre estás armada
para apedrearme
junto con el mundo"—
“Pasar de largo el nacimiento"
           Mientras Gabriela vuelve a pensarlo todo
  (—tras la lectura de Plot de Claudia Rankine y el video de Doug Atiken, Into The Sun)
Estoy aprendiendo a no anhelar
la amnesia. Como cuando veo
libélulas fuera de servicio
empujándose en el aire
como esposos con ojos morados—
Centavos negros interrumpen el brillo del sol:
una experiencia conocida para
los viajeros que visitan "Namibia
en busca de pura luz"—
Pero la termodinámica de las despedidas
produce "el olor de las axilas,"
los rastros del cansancio. Hasta
que lo que sostiene el cuarto es
una fusta
dejada contra una pared—
La delgada línea de piel
rompe un campo de visión
y si, como tú dices, "cada corte
genera un nuevo affair"
No me sorprende—
Por siglos, grabadores
inmoralizaron los stigmata
en los miembros de vírgenes y santos,
ojos abiertos y blancos,
para expresar exaltación—
Ayer, una poeta de grandes pestañas
vestida en seda de Prusia dulcemente
declaró: "¡Estoy enamorada
del mercado de valores!"
En algún lado, un tifón
no pudo devastar
un paisaje tupido
de violetas, tortugas, dientes de león—
Siento un recuerdo
surgir de los días de incesante luz
cuando ignoraba a todos mis ancestros
para mirar fíjamente al sol:
la opacidad fresca de una catedral
donde las manos entraban en tazones de mármol
buscando agua bendita cuyo almizcle se quedaba
en mis dedos de filigrana
como para enfundar mi carne
contra todo lo que vendrá
y lo que no vendrá
y la respectiva importancia,
acaso, del Amor—
Ernesto Priego was born in Mexico City. He is a poet,essayist and translator. currently doing his PhD at the School of Library, Archive and Information Studies, University College, London. His main interests are poetry, graphic narrative, pop music, the history of the book and print/ reproduction technologies, postcolonialism, cultural/critical theory, flanêrie and translation.
He has released a translation of Jessica Abel's award-winning graphic novel, La Perdida (Astiberri Editores, Bilbao, Spain, 2007) and his first book of poetry Not Even Dogs (Meritage Press, 2006).
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Spanish translations of four Eileen Tabios poems
Pensamientos
           Mientras Gabriela Se Despierta
Enfrentamos una pared convexa
en el ciberespacio
pero olvidando
imperfectamente al otro
como viajeros y cascajo
atrapados en "El incierto horizonte"
rodeando agujeros negros
cuya gravedad nos empuja
a una caída
que nunca se completa
Vallejo, mi hermano—
"¿Por qué el amor
siempre tiene que ensuciarse
como si el amor fuese una cocina?"
Otro vaso y me voy
Y nos marchamos
Hoy quiero ejemplificar cómo
escribir en itálicas la palabra Dios—
LA ETIMOLOGÍA DE LA TRAICIÓN
           o, Gabriela habla de un poeta
Ella no tiene reputación
por caminar a velocidad cuántica
una ausencia de auto-posesión
disfrazada por su capacidad
para tragar cerveza Black Star
y notar su "acabado violeta"—
Ella estaba rodeada por dos rubias
bajo un farol rojo callejero
penetrando el concreto
de Mission Street—
Con ojos entrecerrados, ella aplicaba
"el discurso del vino" de un modo similar
al que se roba oxígeno
de los niños que nunca nacerán
cuando engendró
el tipo de infidelidad
que no puede soldar
los fragmentos de un matrimonio—
Ella nota que todavía
tenemos que identificar
de quién fueron los huesos
que la montaña expulsó
en Perú y Guatemala:
ella buscaba consuelo—
Ella se hubiera sacrificado
por tener fortaleza
Ella no recuerda
el borde verde, el tallo
de las orquídeas blancas ylang-ylang—
cómo el miembro, delgado, se negó
a doblarse ante el peso
de los sublimes pétalos
y ramas fértiles
cómo esta planta esperaba paciente
en su puerta
como un regalo
de alguien que ella considera
"anónimo"
por jamás causar dolor
como si "herir" fuera "sentir"—
Ella comienza a agonizar
en las montañas que comparten
la palidez de las velas derretidas
vis a vis los fragmentos esqueléticos—
una agonía que niega
un tipo de conocimiento
cuya carga torna
las calles hacia noches abrigadas con niebla—
Ella sigue perdiendo
esta antigua lección:
"blanco" no significa
un hueso limpiado con cloro
y el pétalo de una orquídea
comparten la complexión de cada uno—
Ella sigue perdiendo
esta misma lección
No hay metáforas
para el genocidio—
Crepúsculo
           Mientras Gabriela Lee a Baudelaire (II)
Recuerdo los campos de arroz
a veces melancólicos bajo el crepúsculo
a veces un reflejo resplandeciente
de la puesta de sol y su rubor de señorita—
En San Francisco y la ciudad de Nueva York
donde el cielo es una presencia
fui testigo "a través de una ventila
o entre dos chimeneas"
la compresión visual ofrece una "idea
más profunda de la infinitud
que un gran panorama
visto desde el tope de una montaña"—
Podría seguir, pero los poemas largos:
"son el recurso de aquellos
que no pueden escribir poemas cortos"—
Como uno "que ha amado tan profundamente
el perfume de una mujer", observo
tristemente, "tú siempre estás armada
para apedrearme
junto con el mundo"—
“Pasar de largo el nacimiento"
           Mientras Gabriela vuelve a pensarlo todo
  (—tras la lectura de Plot de Claudia Rankine y el video de Doug Atiken, Into The Sun)
Estoy aprendiendo a no anhelar
la amnesia. Como cuando veo
libélulas fuera de servicio
empujándose en el aire
como esposos con ojos morados—
Centavos negros interrumpen el brillo del sol:
una experiencia conocida para
los viajeros que visitan "Namibia
en busca de pura luz"—
Pero la termodinámica de las despedidas
produce "el olor de las axilas,"
los rastros del cansancio. Hasta
que lo que sostiene el cuarto es
una fusta
dejada contra una pared—
La delgada línea de piel
rompe un campo de visión
y si, como tú dices, "cada corte
genera un nuevo affair"
No me sorprende—
Por siglos, grabadores
inmoralizaron los stigmata
en los miembros de vírgenes y santos,
ojos abiertos y blancos,
para expresar exaltación—
Ayer, una poeta de grandes pestañas
vestida en seda de Prusia dulcemente
declaró: "¡Estoy enamorada
del mercado de valores!"
En algún lado, un tifón
no pudo devastar
un paisaje tupido
de violetas, tortugas, dientes de león—
Siento un recuerdo
surgir de los días de incesante luz
cuando ignoraba a todos mis ancestros
para mirar fíjamente al sol:
la opacidad fresca de una catedral
donde las manos entraban en tazones de mármol
buscando agua bendita cuyo almizcle se quedaba
en mis dedos de filigrana
como para enfundar mi carne
contra todo lo que vendrá
y lo que no vendrá
y la respectiva importancia,
acaso, del Amor—
Ernesto Priego was born in Mexico City. He is a poet,essayist and translator. currently doing his PhD at the School of Library, Archive and Information Studies, University College, London. His main interests are poetry, graphic narrative, pop music, the history of the book and print/ reproduction technologies, postcolonialism, cultural/critical theory, flanêrie and translation.
He has released a translation of Jessica Abel's award-winning graphic novel, La Perdida (Astiberri Editores, Bilbao, Spain, 2007) and his first book of poetry Not Even Dogs (Meritage Press, 2006).
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